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Desempleo juvenil en la región del Cusco ¿Cómo impacto la pandemia?

Desempleo juvenil en la región del Cusco ¿Cómo impacto la pandemia?

  • En el 2020, el desempleo juvenil en la región del Cusco alcanzó el 5.10% y se incrementó en 0.6 puntos porcentuales respecto al año anterior.

El acceso a un trabajo productivo y decente es el camino hacia el crecimiento y diversificación de las economías. La realización de esta es una de las metas establecidas para erradicar la pobreza extrema y el hambre en el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Sin embargo, la pandemia del coronavirus ha afectado diversos sectores y el principal efecto recayó sobre la generación de empleo de la región.

Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) en el 2020, como consecuencia de la fuerte crisis económica, la tasa de desempleo nacional fue de 7,4%, casi duplicando a la del 2019 (3,9%). El Cusco no fue ajeno a este impacto negativo, ya que en 2019 el desempleó fue del 1.5%, en el 2020 se duplicó al 3.7%, la tasa más alta en los últimos cinco años y para el I trimestre del 2021 alcanzó a 5.4% lo que significa que 43 mil personas estuvieron desempleadas, lo cual repercute en el desarrollo de la región y en la canasta básica de miles de familias cusqueñas.

Desempleo juvenil en la región del Cusco ¿Cómo impacto la pandemia?

Esta situación se empeora para la población joven, por las dificultades que enfrenta para insertarse al mercado laboral. Según cifras de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), en el 2020, el desempleo juvenil en la región del Cusco alcanzó el 5.10% y se incrementó en 0.6 puntos porcentuales respecto al año anterior. Para el Primer Trimestre del 2021 se registró la tasa más alta de desempleo de los últimos tiempos, de un total de 227 mil personas, 13.2% estuvieron desempleados entre hombres y mujeres. Actualmente para el Segundo Trimestre del 2021 en la región cerca de 30 mil jóvenes (14-29 años) se encuentran desempleados, representa el 71% del total de la población desempleada. Es decir; uno de cada cinco jóvenes no consigue empleo en Cusco. Un fenómeno que ha venido creciendo durante los últimos años y en la pandemia el impacto fue insostenible.

El problema no solo radica en la escasez de trabajo, sino también en la calidad de trabajo. La informalidad ya estaba presente en la región y en pandemia del COVID-19 debido a los despedidos o cierre de empresas en donde laboraban empezaron a migrar a trabajos en condiciones desfavorables, la informalidad aumentó al 91% en la población ocupada juvenil.

Según la ENAHO, para el segundo trimestre del 2021 alrededor de 195 mil trabajadores jóvenes en el Cusco están empleados en la economía informal. Un trabajador es considerado empleado en condiciones de informalidad si la empresa donde realiza una actividad remunerada no está registrada legalmente o si los empleados de la compañía no están registrados en la administración tributaria, por lo tanto, no tiene acceso a beneficios sociales. Este es el caso de ocho trabajadores jóvenes de cada diez en Cusco, donde la tasa de informalidad laboral asciende a un 83%.

“Cuando hay una crisis los jóvenes están entre los primeros en perder sus empleos, principalmente los que están en la economía informal, y en sectores como turismo, transporte, comercio no electrónico y otros servicios en los cuales el teletrabajo no es una opción”, mencionó el director de OIT para América Latina y el Caribe, Vinícius Pinheiro.  Y precisamente, en el informe del Instituto Peruano de Economía (IPE) – La República del Sur, mencionan que el turismo fue uno de los sectores más golpeados con la pandemia del coronavirus y en Cusco la caída de empleos tiene relación con la disminución de arribos a hospedajes, donde hubo -73.8% menos visitantes respecto al 2019.

¿Qué podemos hacer al respecto?

En este contexto, es menester acciones concretas en el mercado laboral que prioricen las oportunidades para las juventudes. Trabajar de manera articulada entre el sector público y el privado para el fomento de ofertas de empleo, apoyar a las empresas y a los emprendedores. Apoyo e incentivos para la formalización de las micro y pequeñas empresas.

En pandemia con el turismo paralizado y el desempleo en alza, nos revelo que se debe potenciar la diversificación productiva: promover el desarrollo de actividades tecnológicas, fomentar cambios tecnológicos y organizativos en las pequeñas empresas para la creación y difusión de innovaciones y el desarrollo de nuevos mercados. Apoyar a las unidades productivas para acceder a mercados diversificados, a través de la exportación o venta a grandes cadenas comerciales y a cadenas globales de valor.

Además, invertir en la mejora de educación de calidad y en el nivel cualificación de la población puede ser un factor vital para la reducción del desempleo en nuestra región.

Foto: Gerencia de Trabajo

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